martes, 14 de diciembre de 2010

LA COLUMNA DEL DIRECTOR "La falsa Fé"

Hermano de cinco hermandades, devoto de veintisiete virgenes, monaguillo en los besapiés de treinta y dos cristos, y ninguna vez ha hablado con Dios. Quince madrugadas tirando petalos de rosa desde un balcón, más de diez salidas extraordinarias acompañando a la cofradia durante la estación de penitencia, cientos de fotos colgadas en redes sociales alavando la grandeza y la belleza de sus imagenes, pero nunca se paró a darle gracias por lo que tenía, a pedirle perdón por haber fallado o simplemente a hablar con El o con Ella. Presumen de tener el cabecero de su cuarto casi volcado por el peso de las medallas, de tener los labios desgastados por tantos besamanos y besapies, de recorrerse todos los fines de semana Sevilla buscando alguna cofradía que ver por la calle, pero no presumen de pertenecer a la familia más grande que existe, al contrario, muchos reconocen no creer en aquel al que adoran. Entonces ¿cómo tú, incrédulo cofrade, puedes hacer una estación de penitencia? ¿Cómo puedes admirar la verdadera belleza de la madre de Dios? ¿Puedes ver algo más alla del rostro gitano de la Esperanaza de Triana? ¿Puedes cargar con la cruz?
El cofrade no creyente, que admira el valor artistico, folclórico y cultural de un paso de misterio o de palio, no hace estación de penitencia, no idolatra a un muñeco de madera, por que para tí (por lo que demuestras), como para ellos son figuras, como las del belén. No entiendes que para mí como para todos los cristianos, la Macarena o el Gran Poder es la Fé hecha materia, es el sentimiento de muchísimas personas y no solo la belleza que sus rostros demuestran.
Asi que tú , falso creyente, no me digas que crees en aquel que va sobre costaleros, porque no puedes ver al que llevó la cruz alla por el año treinta.

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